Por: Víctor Simón
Descubrir el paso a bordo de un Mousqueteire fue una de las navegaciones que te marcan y quedan en la memoria. A lo largo del tiempo el paso lo hemos repetido en innumerables ocasiones, siempre emocionándonos cuando lo realizamos, recordando las enfilaciones que hicimos en aquel curso de monitores. Atracando a vela en Aguiño y regresando a la Ria por el Canal interior de Salvora, el cual a poco que monte la mar impresiona de verdad, recordamos el pilotaje clásico como en los libros de Glennans.
Aguiño tiene una importante flota pesquera y una activa lonja. El calado medio de su dársena es de 2,5 m y su mejor fondeadero está a 150 m al NNW de la punta del dique donde fondean muchos muertos con cabos flotando. Actualmente en los muelles no se debe atracar ya que están reservados para la intensa actividad de descarga de pesca. Con maretón del SW recala mucha resaca.
De su espigón al E parten las islas de Centoleira, un gran arrecife rocoso, fraccionado en dos partes. Termina en los Petones de Centoleira actualmente balizado, que sin embargo debido a los temporales está inutilizado muchas veces, incluso desaparecida su baliza.
Entre la baliza y las Piedras del Sargo forman el paso del Carreiro, canal de 200 m de ancho entre piedras muy peligrosas, practicable sólo con buen tiempo.
Atracados en Aguiño vale la pena acercarse hasta caleta Covasa, antiguo muelle en ruinas que algunos dicen de origen fenicio y otros creen que se trataría de una construcción del siglo XVIII, creada por los catalanes en su llegada a Galicia para la explotación de los recursos marinos. También se dice que estos pudieron aprovechar una construcción anterior.
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